Desde el Lago Quillén, una Postal del Volcán Lanín (Neuquén). Septiembre 2008.
domingo, 9 de noviembre de 2008
Portafolios: un recurso informático para la evaluación
La incorporación de portafolios como un recurso tecnológico de interesante proyección en el proceso de evaluación se sostiene al concebir a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como ámbitos propicios para la resignificación de las propuestas pedagógicas.
Entendiendo a la evaluación como proceso a partir del cual la obtención de información permite emitir un juicio de valor acerca de un aspecto de la realidad en la cual se interviene: el proceso didáctico, la implementación pertinente de portafolios electrónicos acompañará dicho proceso enriqueciendo la propuesta.
Es necesario definir en palabras de Agra[1] al portafolio como una recopilación sistemática y deliberada de diversos documentos: viñetas, artículos, prensa, publicidad, páginas web, notas de campo, diarios, relatos, que evidencian el proceso único y creativo del alumno esbozando su propio recorrido de aprendizaje.
Acompañando esta mirada se sostiene que la evaluación no surge como algo aislado, no tiene sentido en sí misma ni puede concebirse al margen de los procesos de aprendizaje y de enseñanza, sino que aparece como un elemento más de ambos procesos, conectada de manera constante con la dinámica general del aula y con su capacidad para influir sobre ella.
Es así como la evaluación adquiere sentido al suministrar información sobre cómo van desarrollándose los acontecimientos en el aula, tanto en lo que se refiere a la marcha general del proyecto educativo como a la dinámica general del grupo de alumnos con los que estamos trabajando y al proceso que cada alumno va desplegando durante su propio aprendizaje.
De esta manera, señalando en palabras de A Fernández, la incorporación de portafolios “entendidos como una metodología que tiene como función proveer una retroalimentación significativa para mejorar el aprendizaje del alumno dentro de las prácticas de enseñanza, facilita el análisis conjunto y la reconstrucción de aprendizajes mediante la interpretación compartida de los datos recogidos por el profesor y el estudiante.”[2]
La evaluación de diferentes documentos que conforman el portafolio, entre otros recursos, permite comprobar hasta que punto son viables y funcionales aquellas premisas pedagógicas de las que partimos al diseñar nuestro proyecto educativo.
Desde esta perspectiva acuerdo con las consideraciones de esta autora cuando afirma que “el portafolios abre al docente la posibilidad de hacer un seguimiento a los procesos cognitivos que se van desarrollando en los estudiantes durante el transcurso de la escolaridad. Constituye una oportunidad para organizar la instrucción conjuntamente con los estudiantes y enriquecer de ese modo la visión que se tiene del contenido y de las estrategias de enseñanza así como del proceso de aprendizaje”.
Entre las consideraciones didácticas en torno a la evaluación cabe mencionar al conjunto del proceso didáctico del que forma parte: de alguna manera los principios educativos que subyacen en nuestras prácticas docentes serán los que le den sentido a la evaluación. Por ello, la evaluación no es sino el reflejo de las concepciones pedagógicas que sostienen al proceso educativo desarrollado, y por ende, la relevancia que se le otorgue a la incorporación pertinente de los recursos digitales que aportan las nuevas tecnologías.
La riqueza del uso de este recurso digital, como otras propuestas que se sostienen desde el aprendizaje combinado (presencial y on-line), posibilita que docentes y alumnos conozcan el progreso y el proceso que cada uno realiza en la apropiación y construcción de conocimiento, reconsidera el protagonismo de los estudiantes, demuestra el nivel de profundización de los conocimientos abordados, la adquisición de habilidades relacionadas con esos conocimientos, convirtiéndose en un recurso didáctico que posibilita la resignificación del recorrido personal realizado y los reajustes pedagógicos necesarios.
Uno de los aspectos que ha de establecerse en la propuesta pedagógica es cómo desarrollar la evaluación de manera tal que sea congruente y funcional con todo el conjunto que constituye el proyecto educativo.
En esta conexión y congruencia entre proyecto didáctico y evaluación radicará la pertenencia de la evaluación: ser funcional, es decir que cumpla la función que debe cumplir manteniéndonos informados sobre la marcha de los procesos de aprendizaje y de enseñanza; y ser válida, informándonos realmente de aquello sobre lo que queremos y necesitamos estar informados.[3]
La propuesta de clasificación de Danielson[4] distingue portafolios: de trabajo, de presentación y de evaluación, que se diseñan y utilizan según la finalidad de cada planificación áulica en la que diagnosticar, documentar o reconocerse en el proceso de aprendizaje requiere de una modificación en la manera de concebir el aprendizaje y las estrategias de enseñanza.
Este autor define a los portafolios de trabajo como aquellos en los que se recaban todas las producciones, reservorios de los trabajos que constituirán a los portafolios de presentación y evaluación. Los primeros exhiben aquellos trabajos que el alumno considera relevantes y que ha decidido compartir por el nivel de realización alcanzado. Mientras que los segundos constituyen una demostración de los conocimientos aprendidos.
Tanto unos como otros permiten al estudiante reconocer sus avances, logros y debilidades retomando sus producciones, reconstruyendo su propio proceso de aprendizaje, comparando sus producciones con las de otros, enriqueciéndose con el intercambio, el debate y fundamentalmente la reflexión. De esta manera no sólo se convierte en un interesante insumo en el momento de la acreditación de saberes, como instancia de evaluación sumativa (producto), sino que acompaña el proceso que toda evaluación formativa lleva implícito.
Detenerse a revisar el propio recorrido teniendo como testigo los diversos documentos que se han realizado y que han conformado el portafolio, habilita esencialmente que los procesos de metacognición tengan lugar, propiciando instancias superadoras de aprendizaje necesarias ante una realidad que requiere de estudiantes que asuman su lugar como ciudadanos con capacidad crítica para analizar, interpretar y actuar en sociedad.
Los requisitos de la metacognición me encuentran, hoy reflexionando acerca de mi propio recorrido de aprendizaje. Mi propio portafolios se ha convertido en estos momentos del curso en un borrador de notas, síntesis de textos leídos, esbozos de escrituras y reescrituras que comparto con mis compañeros del grupo del taller de proyectos, o que leo y releo con el propósito de mejorar los artículos del posteo obligatorio a la espera de la devolución que realice mi tutora en el espacio del portafolios “formal” de esta propuesta.
Sólo decido la difusión de los escritos supuestamente terminados, resguardando notas y borradores que demuestran los procesos de apropiación de los conocimientos que se abordan desde cada módulo y desde cada actividad. Develarlos no es fácil, constituyen un diario de viaje emprendido en la primera sesión del curso que transito por momentos superadores y otros no tanto, en el recorrido de cada propuesta de trabajo.
Cris C
[1] AGRA M. J., GEWERC, A., MONTERO, L (2002) El portafolios como herramienta de análisis en experiencias deformación on line y presenciales. Universidad de Santiago de Compostela
[2] FERNÁNDEZ, A. - MARTÍNEZ, A. Portafolios convencional y portafolios electrónico: una experiencia de aula. Disponible en URL:http://www.revele.com.ve//pdf/akademos/vol3-n1/pag59.pdf
[3] CAMILLONI, A. Y OTRAS (1998), La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo, Paidós, Buenos Aires
4 DANIELSON, CH. (1997), Una introducción al uso del portafolios en el aula, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires
Entendiendo a la evaluación como proceso a partir del cual la obtención de información permite emitir un juicio de valor acerca de un aspecto de la realidad en la cual se interviene: el proceso didáctico, la implementación pertinente de portafolios electrónicos acompañará dicho proceso enriqueciendo la propuesta.
Es necesario definir en palabras de Agra[1] al portafolio como una recopilación sistemática y deliberada de diversos documentos: viñetas, artículos, prensa, publicidad, páginas web, notas de campo, diarios, relatos, que evidencian el proceso único y creativo del alumno esbozando su propio recorrido de aprendizaje.
Acompañando esta mirada se sostiene que la evaluación no surge como algo aislado, no tiene sentido en sí misma ni puede concebirse al margen de los procesos de aprendizaje y de enseñanza, sino que aparece como un elemento más de ambos procesos, conectada de manera constante con la dinámica general del aula y con su capacidad para influir sobre ella.
Es así como la evaluación adquiere sentido al suministrar información sobre cómo van desarrollándose los acontecimientos en el aula, tanto en lo que se refiere a la marcha general del proyecto educativo como a la dinámica general del grupo de alumnos con los que estamos trabajando y al proceso que cada alumno va desplegando durante su propio aprendizaje.
De esta manera, señalando en palabras de A Fernández, la incorporación de portafolios “entendidos como una metodología que tiene como función proveer una retroalimentación significativa para mejorar el aprendizaje del alumno dentro de las prácticas de enseñanza, facilita el análisis conjunto y la reconstrucción de aprendizajes mediante la interpretación compartida de los datos recogidos por el profesor y el estudiante.”[2]
La evaluación de diferentes documentos que conforman el portafolio, entre otros recursos, permite comprobar hasta que punto son viables y funcionales aquellas premisas pedagógicas de las que partimos al diseñar nuestro proyecto educativo.
Desde esta perspectiva acuerdo con las consideraciones de esta autora cuando afirma que “el portafolios abre al docente la posibilidad de hacer un seguimiento a los procesos cognitivos que se van desarrollando en los estudiantes durante el transcurso de la escolaridad. Constituye una oportunidad para organizar la instrucción conjuntamente con los estudiantes y enriquecer de ese modo la visión que se tiene del contenido y de las estrategias de enseñanza así como del proceso de aprendizaje”.
Entre las consideraciones didácticas en torno a la evaluación cabe mencionar al conjunto del proceso didáctico del que forma parte: de alguna manera los principios educativos que subyacen en nuestras prácticas docentes serán los que le den sentido a la evaluación. Por ello, la evaluación no es sino el reflejo de las concepciones pedagógicas que sostienen al proceso educativo desarrollado, y por ende, la relevancia que se le otorgue a la incorporación pertinente de los recursos digitales que aportan las nuevas tecnologías.
La riqueza del uso de este recurso digital, como otras propuestas que se sostienen desde el aprendizaje combinado (presencial y on-line), posibilita que docentes y alumnos conozcan el progreso y el proceso que cada uno realiza en la apropiación y construcción de conocimiento, reconsidera el protagonismo de los estudiantes, demuestra el nivel de profundización de los conocimientos abordados, la adquisición de habilidades relacionadas con esos conocimientos, convirtiéndose en un recurso didáctico que posibilita la resignificación del recorrido personal realizado y los reajustes pedagógicos necesarios.
Uno de los aspectos que ha de establecerse en la propuesta pedagógica es cómo desarrollar la evaluación de manera tal que sea congruente y funcional con todo el conjunto que constituye el proyecto educativo.
En esta conexión y congruencia entre proyecto didáctico y evaluación radicará la pertenencia de la evaluación: ser funcional, es decir que cumpla la función que debe cumplir manteniéndonos informados sobre la marcha de los procesos de aprendizaje y de enseñanza; y ser válida, informándonos realmente de aquello sobre lo que queremos y necesitamos estar informados.[3]
La propuesta de clasificación de Danielson[4] distingue portafolios: de trabajo, de presentación y de evaluación, que se diseñan y utilizan según la finalidad de cada planificación áulica en la que diagnosticar, documentar o reconocerse en el proceso de aprendizaje requiere de una modificación en la manera de concebir el aprendizaje y las estrategias de enseñanza.
Este autor define a los portafolios de trabajo como aquellos en los que se recaban todas las producciones, reservorios de los trabajos que constituirán a los portafolios de presentación y evaluación. Los primeros exhiben aquellos trabajos que el alumno considera relevantes y que ha decidido compartir por el nivel de realización alcanzado. Mientras que los segundos constituyen una demostración de los conocimientos aprendidos.
Tanto unos como otros permiten al estudiante reconocer sus avances, logros y debilidades retomando sus producciones, reconstruyendo su propio proceso de aprendizaje, comparando sus producciones con las de otros, enriqueciéndose con el intercambio, el debate y fundamentalmente la reflexión. De esta manera no sólo se convierte en un interesante insumo en el momento de la acreditación de saberes, como instancia de evaluación sumativa (producto), sino que acompaña el proceso que toda evaluación formativa lleva implícito.
Detenerse a revisar el propio recorrido teniendo como testigo los diversos documentos que se han realizado y que han conformado el portafolio, habilita esencialmente que los procesos de metacognición tengan lugar, propiciando instancias superadoras de aprendizaje necesarias ante una realidad que requiere de estudiantes que asuman su lugar como ciudadanos con capacidad crítica para analizar, interpretar y actuar en sociedad.
Los requisitos de la metacognición me encuentran, hoy reflexionando acerca de mi propio recorrido de aprendizaje. Mi propio portafolios se ha convertido en estos momentos del curso en un borrador de notas, síntesis de textos leídos, esbozos de escrituras y reescrituras que comparto con mis compañeros del grupo del taller de proyectos, o que leo y releo con el propósito de mejorar los artículos del posteo obligatorio a la espera de la devolución que realice mi tutora en el espacio del portafolios “formal” de esta propuesta.
Sólo decido la difusión de los escritos supuestamente terminados, resguardando notas y borradores que demuestran los procesos de apropiación de los conocimientos que se abordan desde cada módulo y desde cada actividad. Develarlos no es fácil, constituyen un diario de viaje emprendido en la primera sesión del curso que transito por momentos superadores y otros no tanto, en el recorrido de cada propuesta de trabajo.
Cris C
[1] AGRA M. J., GEWERC, A., MONTERO, L (2002) El portafolios como herramienta de análisis en experiencias deformación on line y presenciales. Universidad de Santiago de Compostela
[2] FERNÁNDEZ, A. - MARTÍNEZ, A. Portafolios convencional y portafolios electrónico: una experiencia de aula. Disponible en URL:http://www.revele.com.ve//pdf/akademos/vol3-n1/pag59.pdf
[3] CAMILLONI, A. Y OTRAS (1998), La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo, Paidós, Buenos Aires
4 DANIELSON, CH. (1997), Una introducción al uso del portafolios en el aula, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires
lunes, 18 de agosto de 2008
Educación y Nuevas Tecnologías: un camino a recorrer
La crisis de la lógica escritural, las nuevas formas de leer y escribir y las alfabetizaciones posmodernas ya vislumbradas por Paulo Freire[1] en la década del 70 se encuentran fuertemente relacionadas con la posibilidad de pensar en el “Aprender de, aprender sobre, aprender con las computadoras”, texto de Jonassen, D. H. (1996)[2] que habilita la reflexión en el presente artículo.
Trascendiendo la idea de una única lógica escritural, la alfabetización es más que leer y escribir. Se trata de leer y escribir el mundo actual desde la concepción de alfabetizaciones múltiples en las que la Educación y las Nuevas Tecnologías tienen mucho camino que recorrer.
Las relaciones que pueden sostenerse entre estos dos ámbitos están ligadas a las representaciones que sobre las nuevas tecnologías tenemos y los aportes que podrían brindarle a la educación y a los procesos de aprendizaje en particular.
El texto de Jonassen[3] fundamenta la importancia de la utilización de las computadoras para apoyar la educación y el aprendizaje, promoviendo una pertinente selección de programas que, como herramientas cognitivas (mindtools), posibilitan la comprensión y favorecen el pensamiento complejo en los estudiantes.
Estas herramientas cognitivas o mindtools son todas aquellas aplicaciones de computación que propician la reflexión y el avance cognitivo en todo proceso de aprendizaje ya que, como afirma el mencionado autor, su uso apropiado permite el acceso a la información, interpretación y organización del conocimiento personal.
Las mindtools contribuyen a entrenar las habilidades del propio pensamiento y, por ende, a mejorarlas y expandir la inteligencia.
Enseñar y aprender a aplicar herramientas cognitivas contribuye a tales mejoras. En ambos procesos las estrategias implementadas y las herramientas utilizadas podrán integrar secuencias de procedimientos o actividades que se elijen con el propósito de facilitar la adquisición, almacenamiento y / o utilización de la información.
Tal como lo afirma Jonassen[4] al trabajar con tecnología computacional los estudiantes mejoran las capacidades de la computadora, y a la vez, la computadora mejora la reflexión y el aprendizaje de los estudiantes.
A diferencia de concebir a la computadora como una herramienta prefigurada que permite reforzar conocimientos adquiridos mediante programas que sólo buscan la reiteración de respuestas según los estímulos diseñados bajo los principios conductistas; entender a las computadoras como mindtools, es otorgarles un lugar para la innovación y creación.
Desde esta perspectiva se las concibe como herramientas alternativas en la resolución de problemas, en la apropiación del conocimiento y la transferencia de saberes a situaciones nuevas. Contribuye a la producción de comprensiones genuinas, generativas, profundas con la posibilidad del despliegue de algunas de las facetas en las que emerge la inteligencia.
La inteligencia se expresa en el ámbito de la reflexión, constituye la estructura perfectible que se entrelaza al pensamiento en una relación estrecha con este proceso.
Toda propuesta pedagógica debe interesar a los estudiantes en la resolución de problemas que requieran de la creatividad, en un contexto en el que la complejidad, la autonomía, la originalidad y las situaciones ambiguas contribuyan al descubrimiento de nuevas relaciones con el conocimiento. Es este, el contexto que aporta una escuela inteligente según Perkins[5].
A la luz del texto de Jonassen[6] las computadoras son herramientas intelectuales que ofrecen la funcionalidad deseada de una forma eficiente y comprensible según los requerimientos de las actividades que nos planteamos.
Si bien el autor afirma que el conocimiento sobre las computadoras es relevante para poder hacer uso de esta herramienta, mucho más significativo es adquirirlo en el contexto de aprendizaje en el que esta herramienta puede ser utilizada para comprender realmente sus posibilidades.
Las mindtools incluyen bases de datos, planillas de cálculo, redes semánticas, sistemas expertos, conferencias por computadora, ejemplifica en la introducción el texto de Jonassen, sin agotarse en éstas.
Las herramientas cognitivas son consideradas dispositivos mentales y computacionales que guían y enriquecen los procesos de pensamiento favoreciendo la construcción del conocimiento, y por ende, la apropiación de aprendizajes significativos.
Coincido con Jonassen en esta apreciación y relaciono su fundamentación con la conceptualización que desde la psicología cognitivista realiza Ausubel[7] en referencia al aprendizaje significativo, cuya esencia es la de relacionar las ideas que se presentan simbólicamente, de forma no arbitraria y sustantiva, con algún aspecto relevante de la estructura cognitiva del sujeto.
El resultado de esa interacción del nuevo material a saber y la estructura cognitiva del sujeto constituye una asimilación de significados nuevos y antiguos para formar una estructura cognitiva mas altamente diferenciada
Los conceptos se asimilan a la estructura cognitiva del sujeto, se integran en un sistema jerárquico en el que dichos conceptos se subordinan o supraordinan en una red semiótica que es propia en cada sujeto.
El aprendizaje significativo devela una actitud más activa del propio aprendizaje, autonomía para comprender y dar sentido a la información. Posibilita relaciones con los conocimientos anteriores y se adquieren gradualmente, de allí la importancia de seleccionar y secuenciar los contenidos a aprender.
Se trata de un saber hacer, poseer de manera significativa formas de actuar, usar y aplicar correcta y eficazmente los conocimientos que uno ha adquirido.
Perspectiva esencialmente constructivista que afirma que construimos la realidad a través de la interpretación de las experiencias que tenemos del mundo en el marco de procesos de negociación social de significados.
Siguiendo a Jonassen[8], las negociaciones sociales permiten construir, a su vez, interpretaciones compartidas con otros, pudiéndose utilizar a las mindtools como medios para negociar colaborativamente esos significados.
Esa negociación involucra al pensamiento reflexivo sobre las nuevas tecnologías y su vinculación con la educación ante los actuales escenarios socioculturales.
Citando a Perkins[9], Jonassen afirma que las computadoras funcionan como tecnologías cognitivas que permiten ampliar y reorganizar el pensamiento de los alumnos. Para el referido autor, el aprendizaje no se produce solitariamente y sin apoyos sino que los estudiantes utilizan las herramientas cognitivas como socios intelectuales optimizando su propio desempeño y transfiriendo sus conocimientos a situaciones problemáticas nuevas.
La inclusión de estas herramientas cognitivas constituye una mirada interesante y enriquecedora en toda propuesta pedagógica pues instala la posibilidad de reflexionar críticamente sobre el contenido curricular que se está estudiando, sus aplicaciones y potencialidades.
Bajo estas líneas de pensamiento se perfila la idea de hombre transformador del medio en el que habita, creativo, que pueda dialogar, ver los opuestos, asumirse en las contradicciones y que pueda generar una práctica diferente.
[1] Freire, Paulo (1970), Pedagogía del oprimido, México, Siglo XXI.
[2] Jonassen, D. H. (1996) Learning from, learning about, and learning with computing: a rationale for mindtools. Computer in the classroom: mindtools for critical thinking. (pp.3-22) Englewood Cliffs, New Jersey: Merrill Prentice- Hall. Introducción
[3] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[4] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[5] Perkins, A. (1997) La Escuela Inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Barcelona. Editorial Gedisa.
[6] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[7] Ausubel, D. (2002) Adquisición y retención del conocimiento. Una perspectiva cognitiva. Barcelona. Ed Paidós Ibérica.
[8] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[9] Perkins, A (1997) La Escuela Inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. España, Editorial Gedisa
Trascendiendo la idea de una única lógica escritural, la alfabetización es más que leer y escribir. Se trata de leer y escribir el mundo actual desde la concepción de alfabetizaciones múltiples en las que la Educación y las Nuevas Tecnologías tienen mucho camino que recorrer.
Las relaciones que pueden sostenerse entre estos dos ámbitos están ligadas a las representaciones que sobre las nuevas tecnologías tenemos y los aportes que podrían brindarle a la educación y a los procesos de aprendizaje en particular.
El texto de Jonassen[3] fundamenta la importancia de la utilización de las computadoras para apoyar la educación y el aprendizaje, promoviendo una pertinente selección de programas que, como herramientas cognitivas (mindtools), posibilitan la comprensión y favorecen el pensamiento complejo en los estudiantes.
Estas herramientas cognitivas o mindtools son todas aquellas aplicaciones de computación que propician la reflexión y el avance cognitivo en todo proceso de aprendizaje ya que, como afirma el mencionado autor, su uso apropiado permite el acceso a la información, interpretación y organización del conocimiento personal.
Las mindtools contribuyen a entrenar las habilidades del propio pensamiento y, por ende, a mejorarlas y expandir la inteligencia.
Enseñar y aprender a aplicar herramientas cognitivas contribuye a tales mejoras. En ambos procesos las estrategias implementadas y las herramientas utilizadas podrán integrar secuencias de procedimientos o actividades que se elijen con el propósito de facilitar la adquisición, almacenamiento y / o utilización de la información.
Tal como lo afirma Jonassen[4] al trabajar con tecnología computacional los estudiantes mejoran las capacidades de la computadora, y a la vez, la computadora mejora la reflexión y el aprendizaje de los estudiantes.
A diferencia de concebir a la computadora como una herramienta prefigurada que permite reforzar conocimientos adquiridos mediante programas que sólo buscan la reiteración de respuestas según los estímulos diseñados bajo los principios conductistas; entender a las computadoras como mindtools, es otorgarles un lugar para la innovación y creación.
Desde esta perspectiva se las concibe como herramientas alternativas en la resolución de problemas, en la apropiación del conocimiento y la transferencia de saberes a situaciones nuevas. Contribuye a la producción de comprensiones genuinas, generativas, profundas con la posibilidad del despliegue de algunas de las facetas en las que emerge la inteligencia.
La inteligencia se expresa en el ámbito de la reflexión, constituye la estructura perfectible que se entrelaza al pensamiento en una relación estrecha con este proceso.
Toda propuesta pedagógica debe interesar a los estudiantes en la resolución de problemas que requieran de la creatividad, en un contexto en el que la complejidad, la autonomía, la originalidad y las situaciones ambiguas contribuyan al descubrimiento de nuevas relaciones con el conocimiento. Es este, el contexto que aporta una escuela inteligente según Perkins[5].
A la luz del texto de Jonassen[6] las computadoras son herramientas intelectuales que ofrecen la funcionalidad deseada de una forma eficiente y comprensible según los requerimientos de las actividades que nos planteamos.
Si bien el autor afirma que el conocimiento sobre las computadoras es relevante para poder hacer uso de esta herramienta, mucho más significativo es adquirirlo en el contexto de aprendizaje en el que esta herramienta puede ser utilizada para comprender realmente sus posibilidades.
Las mindtools incluyen bases de datos, planillas de cálculo, redes semánticas, sistemas expertos, conferencias por computadora, ejemplifica en la introducción el texto de Jonassen, sin agotarse en éstas.
Las herramientas cognitivas son consideradas dispositivos mentales y computacionales que guían y enriquecen los procesos de pensamiento favoreciendo la construcción del conocimiento, y por ende, la apropiación de aprendizajes significativos.
Coincido con Jonassen en esta apreciación y relaciono su fundamentación con la conceptualización que desde la psicología cognitivista realiza Ausubel[7] en referencia al aprendizaje significativo, cuya esencia es la de relacionar las ideas que se presentan simbólicamente, de forma no arbitraria y sustantiva, con algún aspecto relevante de la estructura cognitiva del sujeto.
El resultado de esa interacción del nuevo material a saber y la estructura cognitiva del sujeto constituye una asimilación de significados nuevos y antiguos para formar una estructura cognitiva mas altamente diferenciada
Los conceptos se asimilan a la estructura cognitiva del sujeto, se integran en un sistema jerárquico en el que dichos conceptos se subordinan o supraordinan en una red semiótica que es propia en cada sujeto.
El aprendizaje significativo devela una actitud más activa del propio aprendizaje, autonomía para comprender y dar sentido a la información. Posibilita relaciones con los conocimientos anteriores y se adquieren gradualmente, de allí la importancia de seleccionar y secuenciar los contenidos a aprender.
Se trata de un saber hacer, poseer de manera significativa formas de actuar, usar y aplicar correcta y eficazmente los conocimientos que uno ha adquirido.
Perspectiva esencialmente constructivista que afirma que construimos la realidad a través de la interpretación de las experiencias que tenemos del mundo en el marco de procesos de negociación social de significados.
Siguiendo a Jonassen[8], las negociaciones sociales permiten construir, a su vez, interpretaciones compartidas con otros, pudiéndose utilizar a las mindtools como medios para negociar colaborativamente esos significados.
Esa negociación involucra al pensamiento reflexivo sobre las nuevas tecnologías y su vinculación con la educación ante los actuales escenarios socioculturales.
Citando a Perkins[9], Jonassen afirma que las computadoras funcionan como tecnologías cognitivas que permiten ampliar y reorganizar el pensamiento de los alumnos. Para el referido autor, el aprendizaje no se produce solitariamente y sin apoyos sino que los estudiantes utilizan las herramientas cognitivas como socios intelectuales optimizando su propio desempeño y transfiriendo sus conocimientos a situaciones problemáticas nuevas.
La inclusión de estas herramientas cognitivas constituye una mirada interesante y enriquecedora en toda propuesta pedagógica pues instala la posibilidad de reflexionar críticamente sobre el contenido curricular que se está estudiando, sus aplicaciones y potencialidades.
Bajo estas líneas de pensamiento se perfila la idea de hombre transformador del medio en el que habita, creativo, que pueda dialogar, ver los opuestos, asumirse en las contradicciones y que pueda generar una práctica diferente.
[1] Freire, Paulo (1970), Pedagogía del oprimido, México, Siglo XXI.
[2] Jonassen, D. H. (1996) Learning from, learning about, and learning with computing: a rationale for mindtools. Computer in the classroom: mindtools for critical thinking. (pp.3-22) Englewood Cliffs, New Jersey: Merrill Prentice- Hall. Introducción
[3] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[4] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[5] Perkins, A. (1997) La Escuela Inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Barcelona. Editorial Gedisa.
[6] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[7] Ausubel, D. (2002) Adquisición y retención del conocimiento. Una perspectiva cognitiva. Barcelona. Ed Paidós Ibérica.
[8] Jonassen, D. H. Op. Cit.
[9] Perkins, A (1997) La Escuela Inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. España, Editorial Gedisa
martes, 27 de mayo de 2008
Primeros pasos...
Los avances científicos - tecnológicos, propios de las denominadas Sociedades de la Información y del Conocimiento, así como los actuales enfoques pedagógicos didácticos que reconocen la presencia de las nuevas infancias y las nuevas juventudes, se plantean como un desafío para quienes estamos interesados en nuestra formación permanente.
Con la intención de desarrollar competencias comunicacionales y pedagógicas acordes a los nuevos escenarios decidí cursar la Diplomatura "Educación y Nuevas Tecnologías". Las propuestas de trabajo que se explicitan en cada modulo me han permitido atraverme a experimentar interactuando con herramientas de información.
Inmigrante en este escenario de las Nuevas Tecnologías, conocí hace unas semanas el weblog del.icio.us participando en la recomendación de un blog tag en el que señalo una página con articulos interesantes para pensar acerca de la inclusión en el marco de la educación como derecho de todos los sujetos. El conocimiento, la interacción y creación de herramientas tecnológicas constituyen saberes que la educación, como transmisión cultural debe brindar a los sujetos de aprendizaje.
Estoy incorporando vocabulario propio de estas nuevas herramientas por eso me pareció muy buena idea la de una compañera que creó para su blog un glosario. Adentrarme en el diseño y paulatina construcción de este blogfolio permitirá no sólo la implementación de nuevos recursos sino también el compartir con quienes lo visiten, reflexiones y argumentaciones referidas a la incorporación de las Nuevas Tecnologías al ámbito educativo pues nadie puede adscribir a aquello que no conoce ni al abaníco de posibilidades que brinda.
Sin duda los nuevos modos de enseñar y aprender mediados por tecnologías resultarán una estrategia para el trabajo pedagógico impactando en la manera en que interpretamos y comprendemos al mundo, espacio público por excelencia. Retomo palabras de Bergoña Gross quien en el texto De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que...cambie la escuela afirma que "probablemente uno de los problemas más importantes de la educación y la formación en la actualidad es que la mayoría de los enfoques educativos utilizados no están en consonancia con las necesidades de los niños y jóvenes actuales ni con el tipo de sociedad en que estamos viviendo...." Y acuerdo con el autor al decir que "... Los cambios que se están produciendo en la sociedad inciden en la demanda de una redefinición del trabajo del profesor y seguramente de la profesión docente, de su formación y de su desarrollo profesional."
El camino se ha iniciado, sólo queda dibujar la propia senda....
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